Esperanto

Esperanto
El esperanto (en su origen Lingvo Internacia, lengua internacional) es la lengua planificada internacional más difundida y hablada en el mundo. El nombre proviene del seudónimo que L. L. Zamenhof, un oftalmólogo polaco, utilizó para publicar las bases del idioma en 1887. La intención de Zamenhof fue crear una lengua fácil de aprender y neutral, más adecuada para la comunicación internacional. Como quedó recogido en la Declaración de Boulogne, el objetivo del esperanto no es reemplazar los idiomas nacionales, sino ser una alternativa internacional rápida de aprender.

Es una lengua con una comunidad de más de 100 000 - 2 000 000 de hablantes de todos los niveles repartidos por el mundo, según estimaciones de finales de siglo unidas a las más recientes. De ellos, alrededor de 1 000 son hablantes nativos de esperanto. En Polonia, el esperanto se encuentra en la lista de patrimonio cultural inmaterial. Como idioma, goza de cierto reconocimiento internacional, por ejemplo, dos resoluciones de la Unesco o el apoyo de personalidades de la vida pública.

En la actualidad, el esperanto es una lengua diaria que se utiliza en viajes, correspondencia, redes sociales, chats, reuniones internacionales e intercambios culturales, negocios, proyectos, asociaciones, congresos, debates científicos, en creación de literatura tanto original como traducida, en teatro y cine, música, en noticias en papel y en línea, así como radio y a veces televisión.

El vocabulario del esperanto proviene principalmente de lenguas de Europa occidental, mientras que su sintaxis y morfología muestran fuertes influencias eslavas. Los morfemas son invariables y quien lo habla puede combinarlos de forma casi ilimitada para crear una gran variedad de palabras; por ello, el esperanto tiene mucho en común con las lenguas aislantes, como el chino, mientras que la estructura interna de las palabras recuerda a las lenguas aglutinantes como el japonés, suajili o turco.

El alfabeto es fonético. Cumpliendo entonces con la regla «una letra, un fonema» el esperanto se escribe con una versión modificada del alfabeto latino, que como la mayoría de alfabetos latinos incluye diacríticos. En este caso son seis: ĉ, ĝ, ĥ, ĵ, ŝ y ŭ; es decir, c, g, h, j, s circunflejos, y u breve. El alfabeto no incluye las letras q, w, x, y, que solo aparecen en nombres propios extranjeros (no asimilados).

El esperanto es una lengua artificial, sin hablantes nativos en su origen, creada explícitamente con el fin de vencer los límites de comunicación entre las personas del mundo que hablan diferentes idiomas. El intento de crear una lengua universal que nos una, no ha logrado su objetivo todavía, dado el bajo porcentaje de hablantes en la actualidad, pero si tomamos en cuenta que nació en 1887 y ahora es una una comunidad de más de 100 000 - 2 000 000 de hablantes de todos los niveles repartidos por todo el mundo, su crecimiento fue enorme.

El esperanto es un idioma auxiliar internacional, una segunda lengua de comunicación después de la lengua nativa del hablante. El vocabulario proviene principalmente de lenguas de Europa occidental, mientras que su sintaxis y morfología muestran influencias eslavas y grandes parecidos con lenguas aislantes y aglutinantes como el chino o japonés, respectivamente. La gramática del esperanto se resume en 16 reglas gramaticales y el alfabeto es completamente fonético. Las terminaciones regulares que se añaden a la raíz permiten crear de forma sistemática palabras combinando raíces, prefijos y sufijos. Por ejemplo, los sustantivos se forman siempre con -o (suno, sol) y los adjetivos con -a (suna, solar). El carácter aglutinante y aislante del esperanto implica que partiendo de un número muy pequeño de morfemas (467 morfemas cubren el 95 % del esperanto hablado), se pueden expresar todos los conceptos posibles y se acelera el aprendizaje del léxico. También los giros idiomáticos frecuentes en las lenguas naturales y casi inexistentes en esperanto aceleran su adquisición.

Este tipo de características de flexibilidad, sencillez y claridad están detrás de la teoría del valor propedéutico del esperanto. Por esta razón, algunos políglotas y profesores que hablan esta lengua señalan el esperanto como la mejor primera segunda lengua para conseguir mejores resultados en las siguientes y lo utilizan en programas escolares o en sus recomendaciones. Además, dominar el esperanto no implica conocer la cultura étnica de todos sus hablantes, por lo que los hablantes esperantistas aclaran detalles culturales propios con más frecuencia, en lugar de presuponer esos conocimientos como con frecuencia ocurre en lenguas naturales.

Debido a los periodos históricos favorables a ideas de acercamiento de pueblos, y gracias a sus características, el esperanto experimentó en sus comienzos una difusión muy elevada, conociéndose como «el latín de los obreros». Sin embargo, las épocas de guerras mundiales, dictaduras totalitarias y represiones políticas frenaron su expansión. En abril de 1922, pese a los informes favorables de la Sociedad de las Naciones para incorporar el esperanto a las lenguas de trabajo, el delegado francés Gabriel Hanotaux fue el único en vetar el esperanto como lengua de trabajo en la Sociedad de Naciones por considerar que ya existía una lengua franca: el francés. Resulta complicado estimar el número de hablantes de esperanto en la actualidad por tratarse de una lengua segunda y sin nación. Desde finales del siglo pasado la estimación más generalizada es de dos millones de hablantes en todo el mundo.

El esperanto tiene presencia en Internet donde la búsqueda de la palabra «esperanto» arroja un resultado de más de 153 millones de páginas. Son cientos las organizaciones especializadas o de temática general que utilizan este idioma como lengua de trabajo. La Asociación Universal de Esperanto cuenta con miles de miembros en 120 países, relaciones oficiales con la ONU, la UNESCO y la Organización Internacional de Normalización, y organiza el Universala Kongreso (Congreso Universal de Esperanto) alternando continentes anualmente.