Idioma hebreo
El idioma hebreo (en hebreo,, pronunciado [ivrít] ) es una lengua semítica de la familia afroasiática hablada, escrita y leída por más de ocho millones de personas en Israel y por las comunidades de la diáspora judía extendida en más de 80 países.
Desde la Antigüedad, el hebreo es la lengua escrita, litúrgica y de oración empleada por el judaísmo, donde funciona como lengua sacra; consecuentemente allí se la denomina לשון הקודש (lashón ha-Kódesh, ‘lengua de lo sagrado’). Según la tradición judía, el hebreo habría sido la lengua escogida por Dios para transmitir su mensaje a la humanidad, por eso sus hipocorísticos.
A pesar de no haber sido hablada permanentemente a lo largo de sus más de tres milenios de existencia, el hebreo se mantiene como un importante elemento común y de cohesión en lo que concierne a las diferentes comunidades judías alrededor del mundo.
El hebreo moderno es el idioma oficial del Estado de Israel, al que en español a veces se refiere como el Estado hebreo.
El hebreo pertenece al grupo noroccidental de las lenguas semíticas y al subgrupo cananeo. Dicho subgrupo incluye también al fenicio-púnico, al moabita y al amonita. Al otro subgrupo de las lenguas semíticas noroccidentales pertenece el arameo, cuyas similitudes con el hebreo y el fenicio son sumamente evidentes. Posiblemente algunas variedades de fenicio y algunas de hebreo fueran mutuamente inteligibles en un alto grado.
La palabra hebreo (ivrît) no fue usada en la lengua hasta el período asirio. En la Biblia se menciona «la lengua de Canaán» en Isaías 19:18. Pero en II Reyes 18: 26, 28 hay una referencia específica a la lengua hebrea durante el período asirio. El Libro de Nehemías, por otra parte, recuerda que los jerosolimitanos hablaban yehûdît (la lengua de Judea, literalmente idioma «judeo»). El Libro de Isaías y el Segundo Libro de Crónicas se refieren al hebreo como «la lengua de Judá».
La similitud entre el hebreo bíblico y el fenicio, así como también de algunas palabras cananeas que aparecen en las cartas de Amarna desde el, demuestra que la lengua de los israelitas no difería mucho de la de los cananeos. Varias características son comunes al hebreo y el cananeo. Las palabras en Deuteronomio 26:5, «un arameo a punto de perecer fue mi padre» acaso sugieran que algunos ancestros de los israelitas hablaban arameo y que luego adoptaron la lengua de los cananeos, a la que más tarde se conocería como hebreo. Sin embargo, no está claro si ese pasaje transmite información sobre historia lingüística.
Con todo, las afinidades del hebreo con la lengua cananea podrían ser explicadas sobre la hipótesis de que los israelitas y sus ancestros ya hablaban una lengua fuertemente relacionada con aquella de los cananeos.
Desde la Antigüedad, el hebreo es la lengua escrita, litúrgica y de oración empleada por el judaísmo, donde funciona como lengua sacra; consecuentemente allí se la denomina לשון הקודש (lashón ha-Kódesh, ‘lengua de lo sagrado’). Según la tradición judía, el hebreo habría sido la lengua escogida por Dios para transmitir su mensaje a la humanidad, por eso sus hipocorísticos.
A pesar de no haber sido hablada permanentemente a lo largo de sus más de tres milenios de existencia, el hebreo se mantiene como un importante elemento común y de cohesión en lo que concierne a las diferentes comunidades judías alrededor del mundo.
El hebreo moderno es el idioma oficial del Estado de Israel, al que en español a veces se refiere como el Estado hebreo.
El hebreo pertenece al grupo noroccidental de las lenguas semíticas y al subgrupo cananeo. Dicho subgrupo incluye también al fenicio-púnico, al moabita y al amonita. Al otro subgrupo de las lenguas semíticas noroccidentales pertenece el arameo, cuyas similitudes con el hebreo y el fenicio son sumamente evidentes. Posiblemente algunas variedades de fenicio y algunas de hebreo fueran mutuamente inteligibles en un alto grado.
La palabra hebreo (ivrît) no fue usada en la lengua hasta el período asirio. En la Biblia se menciona «la lengua de Canaán» en Isaías 19:18. Pero en II Reyes 18: 26, 28 hay una referencia específica a la lengua hebrea durante el período asirio. El Libro de Nehemías, por otra parte, recuerda que los jerosolimitanos hablaban yehûdît (la lengua de Judea, literalmente idioma «judeo»). El Libro de Isaías y el Segundo Libro de Crónicas se refieren al hebreo como «la lengua de Judá».
La similitud entre el hebreo bíblico y el fenicio, así como también de algunas palabras cananeas que aparecen en las cartas de Amarna desde el, demuestra que la lengua de los israelitas no difería mucho de la de los cananeos. Varias características son comunes al hebreo y el cananeo. Las palabras en Deuteronomio 26:5, «un arameo a punto de perecer fue mi padre» acaso sugieran que algunos ancestros de los israelitas hablaban arameo y que luego adoptaron la lengua de los cananeos, a la que más tarde se conocería como hebreo. Sin embargo, no está claro si ese pasaje transmite información sobre historia lingüística.
Con todo, las afinidades del hebreo con la lengua cananea podrían ser explicadas sobre la hipótesis de que los israelitas y sus ancestros ya hablaban una lengua fuertemente relacionada con aquella de los cananeos.
País
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Israel
El Estado de Israel identifica sus raíces con la antigua Tierra de Israel ( Eretz Yisraˈel), un concepto central para el judaísmo desde hace más de 3000 años. Después de la Primera Guerra Mundial y durante la partición del Imperio otomano, la Sociedad de Naciones aprobó el Mandato británico de Palestina con la intención de crear un «hogar nacional para el pueblo judío». En 1947, las Naciones Unidas aprobaron la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y uno árabe. El 14 de mayo de 1948, el Estado de Israel declaró su independencia, seguida por la Guerra árabe-israelí de 1948 con los vecinos países árabes, que se negaron a aceptar el plan de la ONU. Las sucesivas victorias en una serie de guerras posteriores confirmaron su independencia y ampliaron las fronteras del Estado judío más allá de lo dispuesto en el Plan de Partición de las Naciones Unidas. Israel ha estado en conflicto con muchos de los países árabes vecinos, con numerosos enfrentamientos armados desde entonces. Desde su fundación, las fronteras de Israel e incluso el derecho a existir del propio Estado ha estado sujeto a controversias, especialmente entre sus vecinos árabes. Sin embargo, Israel ha firmado tratados de paz con Egipto y Jordania, y se han hecho esfuerzos para alcanzar un acuerdo permanente con la Autoridad Nacional Palestina. En enero de 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó junto al entonces primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, un plan de paz unilateral para resolver el conflicto.